Vestido camisero, la fina línea entre la distinción y la indiferencia

Los vestidos camiseros siempre han estado ahí. Una opción cómoda y fresca para el verano que tiene numerosas versiones en un sinfín de tiendas. Pero ¡ojo! Hay que saber llevarlos o se corre el riesgo de que parezca que vas en pijama. O simplemente que sea un look que no diga absolutamente nada. Con algunas prendas cómodas se corre ese riesgo y la línea que separa el suspenso o el aprobado es muy fina. ¿La clave? ¡Derrochar estilo a raudales!

Me encanta la ropa ancha. Sin embargo hay que tener en cuenta lo que se sacrifica con ella. No esperes que te estilice ni que realce tus curvas. Aunque cuando se lleva bien, resulta hasta sexy sin necesidad de enseñar nada. Otras veces me produce el efecto contrario: se consiguen looks masculinos que no llaman nada la atención. 

La cara y la cruz en estas dos imágenes. Un vestido que gana muchísimo con los complementos y la manera de llevarlo y una camisa que no dice absolutamente nada.

No es cuestión de desechar este tipo de prendas. Al contrario, sólo hay que saber darles el toque que necesitan y arriesgarte un poco a la hora de combinarlas. Y si no sabes cómo llevar tu vestido camisero, mejor opta por un cinturón.

Vestidos de Asos. Aquí y aquí. 

¿Qué os parecen estos vestidos? ¿Qué toque le dais vosotras?

Fotos: Zara, Trendy Taste, Surf Addict Fashionista, y Asos.