Los vestidos camiseros siempre han estado ahí. Una opción cómoda y fresca para el verano que tiene numerosas versiones en un sinfín de tiendas. Pero ¡ojo! Hay que saber llevarlos o se corre el riesgo de que parezca que vas en pijama. O simplemente que sea un look que no diga absolutamente nada. Con algunas prendas cómodas se corre ese riesgo y la línea que separa el suspenso o el aprobado es muy fina. ¿La clave? ¡Derrochar estilo a raudales!