martes, 4 de febrero de 2020

De pieles atópicas y cómo lo solucionamos


Desde que soy mamá me gusta compartir por aquí mi experiencia con la peque, así como planes de ocio u otras cosas que me parecen interesantes. Por eso me apetecía contaros nuestra vivencia con una niña de 2 años con piel atópica, que no dejaba de rascarse hasta el punto de hacerse verdaderas heridas, que no descansaba bien, que tenía la piel llena de marcas y para la que no encontrábamos solución hasta ahora. ¿Ahora? Ni nos creemos que no se rasque ni una sola vez en todo el día. 

Ojo que no voy a hablar de marcas ni de cremas milagrosas. Como las mayoría de los casos, según he leído en numerosos foros de Internet, hemos probado todo tipo de cremas, a cuál más cara y más untuosa y ninguna nos había funcionado. Pero vayamos por partes.

El invierno pasado, con un añito recién cumplido, chiquitina empezó con eccemas en brazos, tripa y espalda, principalmente. Probamos varias cremas y al final la que mejor nos resultó no fue ni de lejos de las más caras. Con eso y un poco de crema corticoide que nos recetó la pediatra pasamos el invierno sin muchos incidentes a excepción de la despigmentación que los corticoides le dejaron en su piel, que no es un problema menor... 



Llegó el verano y volvimos a la famosa piel lisa de los bebés. ¡Adiós a los eccemas! Y tan felices estábamos hasta que a finales del otoño volvieron a aparecer y con más fuerza que nunca. Esta vez en corvas, brazos, tripa y hasta en los labios vaginales. Da igual la crema que le echáramos, la pobre estaba fatal, sin parar de rascarse por lo que empezó a tener heridas por todo el cuerpo. Además de cremas, poníamos especial atención a la ropa para que fuera 100% de algodón, y a los geles de baño. 

Lo mejor que nos pudo pasar es que la pediatra nos mandara finalmente al dermatólogo y éste nos explicara que la crema con corticoides no basta con echársela 2 ó 3 días como hacíamos nosotros, si no que el tratamiento tiene que ser continuo. Y ¡voilà! adiós a los eccemas. O al menos de momento.

Era tal el miedo que le teníamos a los corticoides, en parte infundado por la pediatra y por la mala prensa que tienen, y en parte por la decoloración que le provocó en la piel, que no nos atrevíamos a alargar el tratamiento pero desde que se lo damos periódicamente la peque ha dejado de rascarse de manera fulminante. Sigue teniendo la piel llena de marcas pero espero que con el sol y el tiempo todo vuelva a su ser. Son 10-12 días de tratamiento, echándosela 2 veces al día y luego 2 ó 3 meses sólo una vez los fines de semana, a modo de recordatorio.

Escribo esto por si puedo ayudar a otras mamás y papás en apuros. Nosotros hemos pasado de cien a cero en muy pocos días y lo mejor es que chiquitina ya no tiene esas molestias continuas.

¿Alguien más con dermatitis atópica por ahí? Estaré encantada de conocer vuestra experiencia. 

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