El embarazo es una de las mejores etapas para cuidarse y darse algunos caprichos que no lo son tales pero que solemos verlos así cuando se trata de querernos a nosotras mismas. A mí no me cuesta gastar dinero en los demás pero si tiene que ver sólo conmigo lo pienso dos y tres veces. Por eso cuando empecé a ver que aumentaba de volumen y de peso, con la incomodidad que eso conlleva decidí que era mi momento. Una de las primeras cosas que hice fue buscar un sitio especializado en masajes para embarazadas y tras mi experiencia puedo decir que di con con el mejor: The Organic Spa.
A priori el nombre puede parecer un poco presuntuoso pues ellos mismos lo llaman "masaje de la felicidad para embarazadas". Y ya os adelanto que se queda corto. Hablamos de 90 minutos en los que consigues relajarte del todo y salir de allí flotando (aunque parezca mentira).
Es un espacio que cuida los detalles desde el momento en que pones un pie en el local. Todo invita a la relajación: el diseño, los colores, olores, el ambiente en general. Tienen una variedad enorme de masajes y tratamientos para adaptarse a lo que necesitas en cada momento. Nosotros aprovechamos para hacer un masaje en pareja. Obviamente, mi chico no optó por el masaje para el embarazadas ;) (podéis leer su experiencia aquí) pero no me dio ninguna envidia.
Abstraeos y dejaos llevar conmigo: Entras por un pasillo oscuro iluminado por velas, con una música tenue de fondo que es lo único que se oye. Accedes a una espaciosa sala de masaje, adaptada para dos camillas, con un jacuzzi al fondo. Te cambias de ropa, accionas una campanilla y aparecen las dos masajistas que van a tratarnos. Lo primero que hacen es invitarte a que te relajes, que entres poco a poco a un mundo sensorial y que dejes todas tus preocupaciones fuera. No sólo tratan tu cuerpo, intentan llegar a tu mente a través de todos tus sentidos. Nos sientan en sendas sillas y nos lavan los pies empezando así por el tacto pero también por el olfato, usando esencias de cítricos y otras plantas que inundan tus fosas nasales. Acto seguido te tumbas en la camilla y comienza el masaje específico que ha escogido cada uno. En el caso de las embarazadas nos tumban a ambos lados, para que te traten la parte posterior de espalda y piernas y luego boca arriba para terminar con un masaje facial, de cuello y cabeza. No hay ninguna parte de tu cuerpo que dejen a la deriva, cada punto se activa, se trata y se relaja y todo tu cuerpo entra en sintonía. Con la presión justa para no hacerte daño pero haciendo que no sea sólo un masaje relajante si no que alivia las tensiones que empiezan a aparecer, principalmente en espalda y piernas, debido al embarazo. 90 minutos que se pasan volando y ésa misma es la sensación que te deja.
Me parece una experiencia ideal para regalar a una futura mamá o para regalarte a ti misma dentro de ese cúmulo de mimos que todas tendríamos que darnos de vez en cuando.
Si os animáis, ¡contadme! ¿Y vosotras, qué otros mimos os dais?
No hay comentarios:
Publicar un comentario